Cabré me comentó que esta menor visibilidad antes
podía justificarse como reflejo de una realidad: la mujer ocupaba un lugar
secundario en la empresa, la universidad, etcétera. “Ahora no es así y, sin
embargo, en el mundo de la cultura y el periodismo sigue infrarrepresentada
porque el referente simbólico no ha cambiado, sigue siendo el hombre. La
cultura y el periodismo, en este sentido, van por detrás de la sociedad y
perpetúan con más claridad el trato desigual”.
Trasladé la cuestión al subdirector responsable
de Opinión, José Manuel Calvo, quien reconoció la veracidad de estos datos, que
lamentó, y aseguró que la sección trabaja para mejorarlos progresivamente.
Pero el rastreo por parte
de nuestros lectores de la atención hacia lo femenino no se limita a la cuota
de articulistas en Opinión. M. Eugenia Ibáñez reprochaba en enero que para
elaborar la lista de mejores deportistas del año se hiciera una encuesta en la
que de 75 personas consultadas, únicamente 18 eran mujeres, “el 22,6% del
total. ¿Es ese un porcentaje justo tras los resultados del año? ¿Qué han hecho
deportistas como Pedro de la Rosa, Contador, Mata, Silva, Villa, Verdasco...
para ser considerados los mejores y, en consecuencia, obtener el privilegio de
elegir a la estrella del panorama deportivo del año? Se me ocurren, a bote
pronto, una veintena de nombres de mujeres con mayores méritos que los
deportistas citados”. La carta se encabezaba con una reflexión más general: “No
parece que la sección de Deportes avance en demasía en el propósito de dar al
deporte femenino un trato más considerado, más acorde con los resultados que
las deportistas españolas están ofreciendo”. José Sámano, redactor jefe de
Deportes, me remitió su respuesta a las dos cuestiones. Con respecto a la
encuesta, admite que no repararon en el equilibrio de sexos, pero la selección
de encuestados también responde a otros factores como la negativa a responder
de algunos o, simplemente, al éxito a la hora de localizarlos. “Quizá sea bueno
que en la de este año seamos más equilibrados, pero de verdad que no hay nada
premeditado”. Con respecto a la atención al deporte femenino, Sámano recuerda
que en los Juegos Olímpicos de Londres se convirtió el éxito del equipo
femenino español en hilo de la cobertura. “Hemos creado un blog específico, Ellas
ganan (http://blogs.elpais.com/ellas-ganan/), donde queremos interactuar con todas y siempre que podemos damos
cancha a las deportistas”. Con el citado blog, comenta Sámano, se quiere dar
mayor visibilidad al deporte femenino y la sección no descarta otras
iniciativas en este sentido. Curiosamente, una queja similar, sobre la poca
atención mediática al deporte femenino, le llegaba al ombudsman de The
Observer en diciembre. Esta misma semana, otro lector, Bernardo Frau,
subrayaba que el diario no se había hecho eco del récord mundial femenino de la
media maratón y se preguntaba si no se tuvo en consideración por no ser
masculino. En España, de 3.498.848 deportistas federados en 2012, 721.766 eran
mujeres.
El chequeo de los lectores en esta cuestión no se
basa únicamente en contabilizar las carencias. También, a veces, la cita
expresa a la condición de mujer de la protagonista de una información se
analiza como anómalo. Esto hizo, y lo argumentaba, Guillermo Ferrer a propósito
de una noticia titulada: “UGT aspira a recuperar la credibilidad tras elegir a
una mujer como líder”. Y escribía: “En un primer lugar, se podría entender que
alguien está convencido de que por el hecho de elegir a una mujer, UGT cree que
se va a recuperar la credibilidad automáticamente. Es evidente que esto no
tiene por qué ser así, pero de cualquier manera se puede intentar hacer pensar
a la población que va a serlo. No obstante, no hay en la noticia nada sobre que
esta sea la intención de UGT”. El lector considera que cabe que únicamente se
pretenda destacar dos hechos independientes (la condición de mujer y la
recuperación de credibilidad), pero en este caso considera la formulación del
titular confusa. Y se pregunta: “¿Por qué el periodista cree que su condición
de mujer es tan importante como para remarcarla en el titular? Imagine el caso
contrario. ‘UGT intenta recuperar la credibilidad, tras elegir a un hombre como
líder’... ¿no le parece ridículo?”. Manuel Planelles, autor de la información,
no valora si sería ridículo, “lo que está claro es que no sería una noticia.
Porque el secretario general de UGT en Andalucía siempre ha sido un hombre en
sus 125 años de historia, con lo que no tendría sentido periodístico
destacarlo. De igual forma, no hubiera tenido sentido destacar que un hombre
presidía la Junta cuando José Antonio Griñán fue elegido presidente andaluz.
Pero, cuando Susana Díaz le sustituyó, sí se subrayó que una mujer era la
presidenta de la Junta, porque este cargo siempre ha sido ocupado por hombres
hasta ahora. Carmen Castilla, tras ser elegida secretaria general de UGT en
Andalucía, recordó ante los periodistas que era la primera mujer que lideraba
la central en 125 años. Resaltó además, como también se apunta en la
información, que su objetivo era ‘recuperar la credibilidad’ del sindicato,
afectado por el supuesto mal uso de fondos públicos”. El titular, prosigue,
reúne las dos ideas, que es la primera mujer y que UGT busca recuperar la
credibilidad, pero el “tras” no pretende sugerir que intentará recuperarla por
el hecho de que su nueva secretaria general sea mujer.
TOMAS DELCLOS
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