viernes, 23 de mayo de 2014

Empoderando a las mujeres, empoderando a humanidad ¡Imagínalo!




Hace casi 20 años, el mundo se reunió en Pekín en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer. Allí, 189 gobiernos adoptaron una innovadora hoja de ruta para la igualdad de género: la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing. Más de 10 000 delegados y 30 000 activistas imaginaron un mundo en el que las mujeres y las niñas tuviesen los mismos derechos, libertades y oportunidades en cualquier ámbito de la vida.

A pesar de todo el progreso alcanzado en las dos últimas décadas, ningún país puede jactarse de haber alcanzado la igualdad entre hombres y mujeres. Ya es hora de que el mundo aúne esfuerzos de nuevo y complete esta travesía en beneficio de mujeres y niñas.

ONU Mujeres lanza una campaña a lo largo de todo un año con la que se pretende dar un renovado impulso a la visión presentada en la Conferencia sobre la Mujer de Beijing. Nuestros objetivos son claros: un compromiso renovado, acciones reforzadas y un aumento de los recursos para alcanzar la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer y el cumplimiento de los derechos humanos. Nuestro lema es: Empoderando a las mujeres. Empoderando a la humanidad: ¡Imagínalo!

La Declaración de Beijing estableció estrategias para trabajar en 12 ámbitos de preocupación para mujeres y niñas en todo el mundo. Se instó a los gobiernos, al sector privado y a otros socios a que redujeran la pobreza de mujeres y niñas, a que asegurarán su derecho al acceso a la educación y a la formación. También se les instó a que protegieran su salud (incluyendo su salud sexual y reproductiva), a que las protegieran de la violencia y la discriminación, a que aseguraran que los avances tecnológicos también les beneficiaran y a que promovieran su participación total e igualitaria en la sociedad, la política y la economía.

La Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing sigue siendo el acuerdo más completo a nivel mundial sobre el empoderamiento y la igualdad de género. ¡Si tan sólo se hubiese aplicado!

No obstante, hoy podemos celebrar algunos avances. Más niñas van a la escuela, más mujeres trabajan, son elegidas como representantes y asumen puestos de liderazgo. Aun así, en todas las regiones del mundo y en todos los países, las mujeres siguen sufriendo discriminación sólo por su condición de mujer.

Podemos verlo todos los días. En la desigualdad en los sueldos y oportunidades en el ámbito laboral. En la persistente baja representación de mujeres líderes tanto en el sector público como en el privado. En el flagelo continuo que supone el matrimonio infantil, y en la pandemia de violencia que sufre una de cada tres mujeres en todo el mundo, una cifra mayor que la población de Europa.

Aunque, quizá, lo más sorprendente es que si las negociaciones de Pekín se llevasen a cabo hoy en día, probablemente se llegaría a un acuerdo menor. Todos tenemos la responsabilidad de seguir luchando hacia adelante para conseguir la plena aplicación de los acuerdos, pues cada vez que una mujer o niña sufre discriminación o algún tipo de violencia, es la humanidad la que pierde.

Desde la Conferencia de Pekín se han acumulado muchas pruebas de que empoderar a las mujeres es empoderar a la humanidad.

¡Imagínalo!

Los países con mayores niveles de igualdad de género presentan un mayor crecimiento económico. Las empresas con más mujeres en sus juntas directivas obtienen más beneficios para sus accionistas. Los parlamentos con más mujeres debaten un mayor número de cuestiones y adoptan más legislación sobre sanidad, educación, no discriminación y asistencia a menores. Además, los acuerdos de paz alcanzados por hombres y mujeres duran más y son más estables.

Los estudios han demostrado que por cada año adicional de educación que reciban las mujeres, la mortalidad infantil desciende un 9,5 por ciento. La igualdad de oportunidades para acceder a recursos y servicios para las mujeres agricultoras aumentará la producción y erradicará el hambre de 150 millones de personas. 1.000 millones de mujeres entrarán en la economía mundial en la próxima década. Con igualdad de oportunidades, su impacto en nuestra futura prosperidad provocará un punto de inflexión global.

Podemos y debemos convertir esto en una realidad. Ahora mismo, cada país está trabajando para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015 y para definir un nuevo plan mundial de desarrollo.
 UN Women Executive Director Phumzile Mlambo-Ngcuka

Debemos aprovechar esta oportunidad única en esta generación para plasmar con trazo firme la igualdad de género, así como los derechos y el empoderamiento de la mujer en las prioridades de la agenda mundial. Es lo correcto y lo que será más beneficioso para la humanidad.

Hombres y niños, callados durante mucho tiempo, empiezan ahora a alzarse y a defender los derechos humanos de mujeres y niñas a través de iniciativas como la campaña de ONU Mujeres #HeForShe. ¡Hacemos un llamado a todos los hombres y niños para que se unan a nuestra causa!

Casi 20 años después de Pekín, creo que el mundo está preparado para aplicar esta visión sobre la igualdad para hombres y mujeres. Hoy lanzamos una campaña Beijing+20 que se centrará en el progreso, en reconocer a quienes han luchado y en el trabajo efectivo que se está realizando en pos de la igualdad de género. Cada país redactará un informe sobre la situación de sus mujeres y niñas en estos 20 años después de la cuarta conferencia. La campaña hace un llamado tanto a líderes como a la población civil para que se vuelvan a comprometer y actúen para convertir en realidad las perspectivas de la plataforma de Beijing.

Desde Suecia, donde en junio se celebrarán reuniones para proteger los derechos humanos de mujeres y niñas; pasando por la Cumbre sobre el Clima de septiembre en Nueva York, donde mujeres jefes de Estado y activistas reafirmarán el papel de la mujer en la protección del medioambiente; luego en India, donde hombres y niños se manifestarán a favor de la igualdad de género; y hasta el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2015, gente de todos los países alzarán su voz por un mundo mejor.

Juntas y juntos podemos alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. ¡No hay tiempo que perder!

Empoderando a las mujeres. Empoderando a la humanidad. ¡Imagínalo!

Phumzile Mlambo-Ngcuka es directora ejecutiva de ONU Mujeres.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Ligando de Buen Rollo


La Delegación de Igualdad de Oportunidades y Juventud de la Diputación de Granada crea una nueva herramienta para prevenir la Violencia de Género en la Juventud:

¡¡La aplicación “Ligando de Buen Rollo”, LBR, para smartphone y tablets!!

Bajo la presunción de que el móvil se ha convertido hoy en día en algo indispensable e inseparable para la mayoría de jóvenes y adolescentes, nace Ligando de Buen Rollo para que, de una forma lúdica y divertida, jóvenes y adolescentes puedan reflexionar acerca de sus ideas sobre el amor, sobre cómo son las relaciones de pareja que establecen, si estas son igualitarias o son relaciones de abuso, de control o de dominación y comprendan la importancia de mantener relaciones sanas, igualitarias y sin machismo.

Si el objetivo general de la aplicación LBR es la prevención de la violencia de género, sus objetivos específicos son:
- Promover relaciones igualitarias y respetuosas.
- Dotar a jóvenes y adolescentes de claves para analizar su ideal del amor.
- Contrarrestar todas las formas, mensajes y actitudes aprendidas cotidianamente, que abonan el terreno para relaciones de desigualdad y que fomentan actitudes violentas.
- Contextualizar la naturaleza del problema de la violencia de género, como surge y cómo evoluciona, y el daño que produce a todas las personas que conviven con ella.
- Informar de los recursos específicos existentes para la prevención e intervención en situaciones de violencia de género.
Ligando de Buen Rollo

La Delegación de Igualdad de Oportunidades y Juventud consciente de todas las posibilidades que este tipo de recurso puede tener, ha diseñado Ligando de Buen Rollo para que por un lado adolescentes y jóvenes jueguen con ella de forma libre y opcional, como con cualquier otra aplicación o juego de moda, aprovechando su carácter viral, su efecto multiplicador, esto es, que pueda ser compartida con todos y cada uno de los contactos de las y los adolescentes a quienes llegue LBR, pero por otro lado ha elaborado también un “manual de uso”, es decir, la aplicación LBR ¡no viene sola!, ésta acompañada de una Propuesta Didáctica para “exprimirla” al máximo. Un complemento pedagógico con más de 14 dinámicas que parten de los propios juegos y niveles de LBR, y que utilizan como medio de desarrollo el whatsapp, para que cualquier agente educativo dentro o fuera de las aulas, utilizando la excusa de jugar con el móvil, pueda trabajar el fomento de la igualdad y la prevención de las relaciones de abuso entre jóvenes o adolescentes con este novedoso recurso coeducativo.

Una excusa lúdica para que chicas y chicos, en Colegios, en Institutos, en Talleres organizados por los Ayuntamientos... jueguen, se diviertan y al mismo tiempo investiguen y reflexionen bajo el reciente concepto del M-Learning o aprendizaje mediante la utilización de teléfonos móviles. La utilización didáctica del WhatsApp puede aportar dinamismo, novedad y emoción a la intervención educativa con jóvenes y adolescentes, que aprenderán a usar este tipo de herramientas tecnológicas con otros fines diferentes hasta a los que ahora tienen costumbre, proporcionando de forma lúdica y divertida, información y formación en temas que normalmente se ofrecen de manera formal, seria y a menudo aburrida, con dinámicas tan sugerentes como: ”Whatsappforum”, “¡A la captura!”, “Móvil contra móvil”, “Abanico de broncas”, “Detectives”…

La App LBR Ligando de Buen Rollo se puede instalar gratuitamente en cualquier móvil o tableta Android, las formas de descarga son:
- Desde el propio teléfono móvil Android, buscando Ligando de Buen Rollo en GOOGLE PLAY.
- Desde un ordenador, buscando Ligando de Buen Rollo en la página https://play.google.com/store.
- Escaneando un código Qr con el móvil.
- Y Desde el navegador Web, a través de la página de la Delegación de Igualdad de Oportunidades y Juventud de la Diputación de Granada, donde se dispone de un emulador de la App LBR.
- Además, la App LBR permite compartir en las redes sociales (Facebook, Tuenti, Twitter…) tanto resultados y certificados personalizados como la propia App.

domingo, 18 de mayo de 2014

La batalla más formidable por la dignidad



Una de las más grandes luchas de la historia por los derechos civiles se está desarrollando ante nuestros ojos, casi sin que lo advirtamos. Es la lucha de centenares de miles de niñas y adolescentes por ir a la escuela y recibir una formación que les ayude a independizarse de las estructuras sociales y religiosas que les niegan el acceso a las reglas que rigen en beneficio de los hombres. Es una guerra invisible, una rebelión que se extiende poco a poco, y que, inexplicablemente, no ha logrado despertar nuestro interés, nuestro apoyo, pese a que se trata de la más formidable batalla que se pueda dar por la dignidad del ser humano, ya que la están librando tercas niñas pequeñas y arriesgadas maestras y maestros, que se juegan la vida ayudándoles a esconder libros bajo los burkas.

Gordon Brown, que fue primer ministro británico y que lleva algunos años encargado por la ONU de propagar la idea de la educación global, escribió el año pasado su denuncia: “Igual que los negros se levantaron en Estados Unidos contra la discriminación y lograron transformar poco a poco la sociedad con su público desafío, así las mujeres paquistaníes rehúsan ahora permanecer en silencio y tratan de que sus hijas acudan a la escuela”. Pero, por motivos que habrá algún día que explicar, la lucha contra la discriminación racial inundó los medios de comunicación del mundo entero, y la de las mujeres (y hombres) que luchan para acabar con la discriminación contra las mujeres pasa casi desapercibida.
 
Tienen que suceder cosas muy “espectaculares”, como el secuestro de más de 200 niñas nigerianas cristianas por un grupo que se llama Boko Haram, para que la comunidad internacional se disponga a hacer algo. Los presidentes de Nigeria y de varios países vecinos anunciaron que acudirían a la reunión convocada en París por el presidente francés, François Hollande, para coordinar esfuerzos y solicitar la ayuda que precisen. Está bien. Pero si se lee con atención la convocatoria, se trata de una reunión para luchar contra el terrorismo, algo, sin la menor duda, imprescindible, pero que no debería excluir el asunto fundamental: cómo defender los derechos civiles de las mujeres en esos países concretos. La lucha contra el terrorismo es una cosa y la defensa del derecho de las niñas a la educación es otra, porque muchas veces la presión y el maltrato no viene de ningún grupo terrorista próximo a Al Qaeda, sino de su propio entorno.
Por supuesto que los responsables de Boko Haram (que asesinó hace un mes a 59 escolares varones de otra escuela occidental) deben ser detenidos y juzgados. Pero cuando el grupo desaparezca, seguirán actuando los talibanes en Afganistán y en Pakistán, y seguirán en pie las estructuras tribales que permiten la violación de adolescentes como pago por deudas familiares y las tradiciones de India que animan a los padres a negar cualquier derecho a sus hijas.

¿Cuándo se va a celebrar una conferencia internacional sobre ese tema concreto? ¿Cuándo se van a poner todos los medios posibles para ayudar a esas niñas y adolescentes? ¿Cuándo se va a poner de acuerdo la comunidad internacional para sancionar a quienes no combatan el matrimonio infantil? ¿Cuándo se van a bloquear los visados de las autoridades de los países que no hacen nada para encontrar a los asesinos de las maestras y maestros que mueren cada mes por ayudar a las niñas a esconder los libros, como relataba Brown? Hace unos meses, cinco profesoras de entre 20 y 23 años murieron acribilladas en Afganistán a la salida de la escuela.

¿Cuándo se va a presionar sin descanso sobre las autoridades de los países que consienten semejantes atrocidades? Quizá nunca. El pasado 12 de mayo, un relator de Naciones Unidas pidió al Gobierno de Canadá que abriera una investigación sobre la muerte y desaparición de 1.200 mujeres de la comunidad aborigen ocurridas en los últimos 30 años. El Gobierno de Canadá, un país moderno, democrático y aparentemente feliz, no lo considera necesario. Caso cerrado.
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ www.elpais.com

Breve repaso a la antigua coeducación




“Decía María Salvo que lo decisivo de aquel 14 de abril de 1931 no fue ese mar de banderas, voces, cantos y entusiasmo que inundó el mundo de los adultos. El principio de la Segunda República española fue ese día que maestros y maestras retiraron el tabique de madera que separaba a los niños de las niñas en las aulas y salieron todos juntos a la terraza de juegos por primera vez”. Estas palabras de la historiadora Carmen Agulló definen claramente los ideales de un modelo educativo cuyo objetivo era favorecer el respeto entre los sexos, contribuyendo al desarrollo integral de alumnos y alumnas. Introduce, por tanto, una nueva visión sobre la educación de las mujeres con nuevos derechos y conceptos que acompañan los grandes avances en materia de igualdad en los campos jurídicos, políticos y sociales. El origen de este proyecto se encuentra en la Institución Libre de Enseñanza que, ya en 1882, en el Congreso Pedagógico se escuchan voces como la de Joaquín Sama que defiende la escuela mixta como una preparación para la vida: “Reflexionemos y pensemos que la escuela debe ser copia, en pequeño, de cuanto pasa en la sociedad”, decía, y preguntaba: “¿Cómo se sostiene que en la escuela deben los sexos estar separados? ¿Por qué, acaso lo están en la vida?”.
El modelo coeducativo propone, por tanto, educar en el respeto y la armonía entre los sexos y contribuir así a la formación ética y cívica de la personalidad, estimulando el desarrollo armónico de las facultades naturales de los niños y de las niñas.

El encuentro de las alumnas y alumnos en la misma aula fue un cambio esencial para las niñas y las jóvenes que se formaron en el periodo republicano, porque pudieron acceder a la instrucción pública en las mismas condiciones que sus compañeros varones, mostrándolas expectativas hasta entonces desconocidas de acceso a la instrucción, a la vida pública y al mundo profesional.

La victoria de Franco en la Guerra Civil implicó la restauración del sentido tradicional de la familia. Se derogaron las leyes civiles de la etapa republicana, Se prohibió la coeducación y, puesto que según el Fuero de los Españoles se pretendía “liberar a la mujer del taller y de la fábrica”, tal y como explica María Cruz del Amo, en la educación femenina volvieron a tener un gran peso lo doméstico y la religión volviendo a la separación de sexos en las aulas y a una educación diferenciada reflejo de las distintas funciones sociales de hombres y mujeres. Los currículos de chicas y chicos fueron diferentes. En todos los niveles las alumnas debían cursar las materias de Hogar y asignaturas comunes, como la Formación del Espíritu Nacional o la Educación Física, tenían diferente contenido según el sexo de quien las cursara. Para los chicos, la Formación del Espíritu Nacional incluía contenidos relacionados con la teoría política, siendo el servicio y la atención a la familia el contenido de la misma asignatura para las alumnas. Por su parte, los chicos recibían una especie de formación premilitar en las clases de Educación Física, mientras las jóvenes se ejercitaban para estar sanas y para afrontar con eficacia futuras maternidades.

Y si bien parece imposible volver al pasado franquista, favorecer la segregación por sexos en los centros educativos no deja de evocar un ideario que coloca a la mujer en el modelo tradicional, contribuyendo a aumentar la brecha de la desigualdad y la discriminación por género.
Luz Martínez Ten es secretaria de Políticas Sociales de FETE UGT.