Cuando se acaban de cumplir 200 años de la promulgación de la primera Constitución Española, conocida popularmente como La Pepa, me parece conveniente que nos preguntemos por el papel que la misma atribuyó a las mujeres.
Si durante la Guerra de la Independencia las mujeres fueron protagonistas de la resistencia frente a los franceses de las más diversas maneras; las Cortes de Cádiz neutralizaron dicho protagonismo femenino.
No solo se les impidió la participación en las Cortes, sino que se les prohibió la entrada como espectadoras y oyentes; por lo que algunas mujeres se disfrazaron de hombres para poder asistir a las sesiones.
Además, el texto constitucional no reconoció ningún derecho a las mujeres, ni siquiera el de ciudadanía.
Las mujeres se tuvieron que conformar con organizar tertulias femeninas, paralelas a las de los hombres, dirigidas por alguna mujer con una gran preparación cultural, como las de Margarita López Morla o Franquista Larrea.
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